
El sacerdote no pudo ocultar su irritación al no poder calmar al recién nacido. Después de varios intentos de sumergirlo en el agua, perdió los estribos.
Que un sacerdote sufra un ataque de nervios y pierda el control de sí mismo, no tiene por qué ser un hecho inusual. Pero si eso le ocurre mient... El sacerdote no pudo ocultar su irritación al no poder calmar al recién nacido. Después de varios intentos de sumergirlo en el agua, perdió los estribos.
Que un sacerdote sufra un ataque de nervios y pierda el control de sí mismo, no tiene por qué ser un hecho inusual. Pero si eso le ocurre mientras bautiza a un niño de pocos días de nacido, ya hay material para las redes sociales.
El hecho ocurrió en Rumanía, y en un difundido video puede verse cómo el sacerdote, alterado por el llanto del bebé, le presiona con fuerza la boca para hacerlo callar, lo que no hace sino irritar aún más al asfixiado pequeño.
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